sábado, 26 de abril de 2014

La Grecia Clásica


                       La Grecia clásica:

La Grecia clásica empieza con las polis que eran pequeñas ciudades-estado, las polis más importantes eran Esparta y Atenas.





  •  Esparta: 

Esparta se caracterizaba por su ejército donde los niños ya desde pequeños entrenaban hasta ser ancianos, Esparta a diferencia de otras polis no tenían murallas por su poderoso ejército.

Cada espartano tenía un escudo de bronce, una lanza, una espada y una armadura que también es de bronce con un casco que les tapaban la cabeza menos los ojos, nariz y boca. Esparta tenía esclavos de guerras ganadas para ocuparse de la ciudad porque todo el chico que nacía en Esparta tenía obligado a ir al ejército donde se entrenaban desde ya niños. 






  •  Atenas:
Los ciudadanos eran sólo los varones libres nacidos de padre y madre ateniense mayores de veintiún años. También cobraba importancia la fortuna, ya que el ciudadano debía estar disponible para brindar servicios al estado.


En total eran cerca de 45.000 en una población de 300.000 almas en torno al 430 a. C. El resto de la población no eran considerados ciudadanos.

Los extranjeros, eran hombres libres que vivían en Atenas pero provenían de Polis vecinas.


Podían dedicarse al comercio, la artesanía o al ejército. Estos debían pagar más impuestos.

En el último grupo social estaban los esclavos. Eran el grupo más numeroso de la población. No obstante, carecían de cualquier derecho. Realizaban las tareas más pesadas como las tareas agrícolas, las domésticas, las artesanales y las mineras.









• Las guerras medicas:

Tras haber renunciado a defender Tesalia, los espartanos, mandados por su rey Leónidas, defendieron valerosamente el desfiladero de las Termopilas, retrasando en forma notable el avance de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina.


En contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses, quienes tuvieron que recurrir al chantaje para forzar la batalla en el estrecho, siendo así que el navarca –almirante- espartano de la flota, Kriatos, deseaba replegarse al istmo de Corinto. 










• La guerra del Peloponeso:

Apenas terminadas las guerras médicas, Esparta se inquietó por el creciente poderío de Atenas, enardecida ésta por sus victorias contra los persas.
Las hostilidades propiamente dichas comenzaron en el 457 a. C., a requerimientos de Corinto.


Tras una serie de victorias y derrotas para ambos bandos, se alcanzó una paz inestable que duraría cinco años. En el 446 a. C., las revueltas de Megara y Eubea reavivaron el conflicto. Esparta, a la cabeza de las ciudades coaligadas, arrasó el Ática. El propio rey espartano Plistoanacte fue acusado de corrupción, por no haber proseguido la ofensiva, y condenado al exilio. En el 433 a. C., por último, el asunto de Córcira dio lugar al inicio de la Guerra del Peloponeso.

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